Un mar de colores atrapan al visitante del pasaje Rivas, pasando por estas angostas calles los artículos saltan a la vista a los transeúntes, sus características tan diferentes y su laboriosa transformación dan a los locales los matices que diferencian a su calle y su gente de cualquier otro lugar.
Los productos son originalmente colombianos, la madera es tallada por ebanistas y artesanos colombianos que cuando terminan de esculpir proceden a pintar y llenar de vida sus obras de artesanía, también los tejedores e hilanderos que tejen prendas de vestir como las ruanas y hacen maletas y mochilas con emblemas de la cultura criolla colombiana: las ruanas que se encuentran en el pasaje Rivas tienen cierta particularidad como por ejemplo en los colores y los diseños que pueden tener figuras que se asemejan a complejísimas figuras geométricas que juntas forman una especie de mándalas con diversos colores; en las tiendas de esoterismo hay lo que es propio de la medicina alternativa, es decir lo que popularmente se conoce como sahumerios, jabones para atraer la suerte, pomadas a base de marihuana y cocaína y demás aromas para el hogar.
Para finalizar, los artículos y colores del pasaje Rivas despiertan los sentidos, me refiero a que estos son estimulados al máximo al pasar por este pasaje de ventas de artesanía, la visión puede percibir los colores y formas de las pequeñas y grandes obras del artesano, las figuras que están impresas en las ruanas tienen un hilado tan suave que al pasar la mano por ellas el tacto podría percibir la suavidad del algodón con el que aseguran los vendedores que están echas las ruanas, los aromas varían, el mentol y los sahumerios propios de los locales esotéricos de donde los artículos como velas, pomadas, aceites y esencias emanan una gran cantidad de estímulos para el olfato.
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